Samantha Jenkis tenía 19 años cuando murió hace cuatro años de manera repentina. Sin embargo, esta semana se confirmó que su adicción a los chicles fue la causa principal de su muerte.

La joven solía masticar más de 14 chicles por día. Incluso, hubo muchos que no tiraba y que elegía tragarlos, ya que encontraron varios grumos dentro de su estómago.

La presencia de ese compuesto en su sistema digestivo impidió que ella pudiese absorber correctamente los nutrientes, lo que provocó que los niveles de ciertos minerales bajaran a niveles fatales, tal como confirmó el médico que la revisó Paul Griffthis.

Su madre había encontrado una gran cantidad de paquetes de goma de mascar libre de azúcar en la pieza de su hija y creía que el edulcorante presente en ellos había sido lo que la había afectado. Su hija murió en sus brazos, en el hospital, hace casi cuatro años.

El juez de instrucción, Colin Philips, estableció que la causa de su muerte fue la mala absorción y se comunicó al servicio de monitoreo de drogas de Inglaterra para que tomen las medidas para evitar nuevas víctimas.

Los médicos aconsejan no abusar del chicle porque no es considerado un alimento. No es más que goma y aditivos y sirve para engañar al organismo con mucho tiempo de masticación, además de generar gases, acidez, irritación intestinal e incluso diarrea.