Ocurrió en Shenzen, China, donde un grupo de trabajadores del Departamento de Drenajes encontró una extraña criatura nadando en un río. Luego de capturar al animal, lo entregaron a las autoridades para averiguar de qué especie se trataba.

Tras darse a conocer las imágenes de la criatura enjaulada, comenzaron a surgir teorías que afirman que podría tratarse de un extraterrestre, según informó el diario Daily Mirror.

De todas maneras, especialistas de la Reserva de Shenzhen desmintieron la posibilidad de que se trate de un ser de otro planeta, y aseguraron que podría ser un oso de sol o malayo, una especie en peligro de extinción amenazada por el avance del hombre en su hábitat.