Se trata de Sadhu Amar Bharati, un religioso hindú que hace 42 años que tiene su mano derecha alzada, un extremo ritual con el cual espera encontrar la paz y mostrar su devoción al dios Shiva.

Todo comenzó en 1973, momento en que Sadhu sintió que su vida ya no tenía sentido. El hombre, de clase media, vivía cómodo en un país donde la mayoría de los habitantes eran pobres, y aun así se sentía insatisfecho.

Devoto del dios Shiva, una de las muchas deidades hindúes, Sadhu decidió abandonar su empleo, su esposa, sus tres hijos y todos sus bienes materiales.

El hombre vivió durante tres años como mendigo teniendo como única posesión un tridente de metal, conocido como trishula, un instrumento que según el hinduismo era utilizado por Shiva para destruir la ignorancia de los hombres.

A pesar de sus sacrificios, Sadhu sentía una gran tentación por los placeres de la vida mundana, por lo que decidió llevar su devoción un poco más allá. De esta manera, el hombre levantó su brazo derecho hacia el cielo y hace 42 años que no lo baja.

Naturalmente, Sadhu comenzó a sentir un fuerte entumecimiento y un hormigueo por toda la extremidad, lo que le provocaba un gran dolor. De todas maneras, a lo largo del tiempo aprendió a soportarlo hasta que sus músculos se atrofiaron, las articulaciones se calcificaron y su brazo permaneció alzado sin ningún tipo de esfuerzo.

Esto ha sido una dificultad, teniendo en cuenta que ahora no puede utilizar su brazo para nada, por lo que solo puede usar su mano izquierda para hacer todo, ya sea cocinar, comer, fumar, entre otras cosas.

Además, al dormir recostado su brazo también se mantiene estirado. Durante estas cuatro décadas tampoco ha podido cortar sus uñas, ya que nunca tuvo la chance de bajar el brazo para realizar esta tarea.

Sadhu no hizo el esfuerzo en vano, ya que una gran cantidad de shadus han seguido su ejemplo y se han visto inspirados por este gesto desde entonces.