El parque temático The Window of the World, ubicado en la ciudad de Shenzhen, China, cuenta con un inusual simulador de muerte llamado “The Cremator”, cuyo objetivo es hacerle sentir a los visitantes que son incinerados en vida.

Allí, las personas que deseen participar deben ubicarse dentro de un ataúd sin tapa en una sala a oscuras, donde varios calefactores hacen que la temperatura alcance los 40 grados en el interior del féretro.

Para potenciar la sensación de estar ardiendo se proyectan unas luces que simulan el color rojizo e incandescente del fuego. La mezcla del agobiante calor, los efectos especiales y la claustrofobia hacen que esta sea verdadera experiencia de muerte.

La entrada cuesta aproximadamente 300 pesos argentinos.