Ernesto Hernández había freído unas pechugas de pollo para cenar en su casa, en Pensilvania, Estados Unidos, cuando al comerlas notó que en una de ellas aparecía el rostro de Jesús. "Yo estaba a punto de comer un bocado cuando él –Jesús- me miró", dijo al Huffington Post.

“Yo sin decir nada le muestro la pechuga a la gente e inmediatamente me dicen que es Jesús. No quiero decir que se parezca a Jesús, sino que es la personificación de lo que la gente piensa que es”, agregó el hombre.

Por su parte, su hermana piensa que el rostro le pertenece a un reconocido criminal estadounidense. “Ella dice que se parece a Charles Manson”, señaló Ernesto.

Si bien la pechuga todavía se mantiene en el congelador, con el paso del tiempo se parece cada vez menos a Jesús.