Ocurrió en la región de Guangxi, al sur de China, donde un hombre robó un total de 2.000 piezas de lencería a las mujeres de la zona. El ladrón escondía la indumentaria en el techo de su vivienda hasta que la estructura cedió por el peso.

Las residentes de la ciudad de Yulin, en la citada región, se vieron sorprendidos al descubrir que los conjuntos de lencería que habían desaparecido misteriosamente de sus casas meses anteriores, aparecieron alineados en el exterior de su complejo residencial.

Nadie se podía imaginar que el responsable de estos robos fuera un vecino del edificio, cuya identidad no fue revelada, que pasó desapercibido durante un año mientras robaba la ropa interior usada a las residentes del edificio.

El informe policial reveló que el hombre escondía las prendas robadas en un falso techo de las escaleras de su edificio. El escondite salió a la luz cuando uno de los techos de las escaleras cedió por el peso de la ropa interior y varios conjuntos de corpiños y bombachas cayeron al suelo.

Varias imágenes tomadas por el diario chino muestran que el ladrón no tenía una preferencia en particular por un modelo de lencería, ya que sustraía todo tipo de sujetadores, desde los más simples a los estampados o las más sofisticadas piezas de encaje.