Un cirujano británico es investigado después que sus colegas se dieran cuenta que quemaba los hígados que trasplantaba con sus iniciales. Para ello utilizaba gas aragon, que es usado para sellar vasos.


Se trata de Simon Bramhall, un miembro del hospital Queen Elizabeth, en Birmingham, quien está siendo investigado después que colegas informaran que habían descubierto las letras "SB" en un órgano durante una intervención.


Una fuente allegada a Bramhall dijo que el hombre realizó cientos de trasplantes. Además, agregó que si un órgano está disponible a partir de la muerte de alguien lo último que quieren sus familiares es que ese órgano sea violado.


"Espero que sea un error. No sé qué puede llevar a alguien a hacerle eso a otro ser humano", agregó la fuente según informa MailOnline.


El gas aragon, que es utilizado para sellar vasos, no se trata de un gas dañino para el órgano ni el cuerpo humano.