"Si muero, mi funeral debe ser una fiesta", dejó por escrito Ziu Yian a un mes de perder la vida, detallando que quería a dos strippers bailando alrededor de su ataúd.

Las bailarinas comenzaron a sacarse la ropa hasta quedar en ropa interior ante la mirada atónita de los familiares, que no entendían lo que sucedía ya que no contaban con una fiesta. Por su parte, los más jóvenes disfrutaban.

Después de varios temas bien bolicheros las mujeres terminaron su trabajo y el féretro fue trasladado a una sala contigua para una ceremonia un poco más formal.

En China y Taiwan es muy común contratar strippers para los velorios, ya que cuanta más gente se acerque más estatus le da al muerto.