Se trata de Micha Badasyan, un artista ruso que vive en Alemania, que decidió acostarse con un hombre al día durante un año como un experimento, al que llamó “Save the date”, para verificar cuánto interfiere el sexo en la felicidad de las personas. 

Para ello, el hombre utilizó sitios web de citas y aplicaciones para celulares, ya sea Tinder o Happn, que permite a dos individuos totalmente desconocidos entre sí se encontrarse para mantener relaciones.

Badasyan descubrió una vez finalizado el estudio que, lejos de proporcionarle mayor bienestar, dichos encuentros se convirtieron en un procedimiento ordinario que le provocaron un importante vacío sentimental, según informó Diario 26.

"Descubrí algo totalmente nuevo para mí –señaló a su portal web oficial–. Por primera vez en mi vida, lloré después de tener sexo. Era muy doloroso y diferente de todo lo que había experimentado antes".