Un joven de 26 años casi muere electrocutado en una fiesta electrónica clandestina en Arizona, Estados Unidos, por intentar tener sexo con un cerco eléctrico.

Bajo los efectos del alcohol y las drogas, Adam Wingerg recibió una descarga de 220 voltios y 13 amperios, y terminó con los genitales quemados, según el portal de Telefe.

“Yo estaba drogado, había tomado algo de GHB y algo de DMT para comenzar la fiesta; luego tomé una gran cantidad de éxtasis y un montón de anfetaminas, además de algo de cocaína, y luego, alguien me echó gotas de ácido en los ojos y perdí el sentido por completo”, relató el joven al sitio World News Daily Report.

Como consecuencia de su fallido ‘acto sexual’, Adam sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en la parte inferior del abdomen y los genitales, así como la extracción de uno de sus testículos. Según los especialistas, el joven podrá recuperarse con cirugía reconstructiva.