Marieke Voorsluijs pensó en cómo mantener a su hijo en la edad donde más apego genera con su madre: sí, es imposible. Por eso confeccionó un muñeco tejido de lana que imita al niño antes de convertirse en adolescente.

El chico de manera natural, comenzó a sentir la necesidad de más privacidad y espacio, en la relación que mantiene con su madre, por eso se cansó de que ella quiera abrazarlo como a un bebé todo el tiempo.

Gracias a su habilidad para tejer, pudo crear esta figura para apretujarla como a un peluche sin escuchar las quejas del joven.

Voorsluijs​ vive con su hijo en Amsterdam y el crecimiento del chico, su mayor independencia con la edad, la inspiró para crear el muñeco: "Solíamos estar abrazados todo el tiempo pero últimamente está reticente. Asique comencé a fantasear sobre cómo sobrellevar ese tiempo que antes pasaba con él y se me ocurrió crear una tierna versión de él".