Craig Sullivan, de 49 años, comenzó a enviar sus mensajes de amor después de perder a su esposa hace 18 meses. Decidió entonces recorrer varias playas británicas y lanzar allí mensajes románticos en botellas con el fin de encontrar un nuevo amor. 

Tras lanzar las botellas al mar, recibió varias propuestas, sin embargo hubo vecinos que no encontraron romanticismo ninguno en este acto y decidieron denunciarlo a las autoridades argumentando que contaminaba el medioambiente.

Una de las denunciantes dijo: "Fui a dar un paseo por la playa y nos encontramos con unas 30 botellas de vidrio con notas". "Es muy romántico. Pero mis amigos son miembros de la Marine Conservation Society y tanto ellos como yo, estábamos muy preocupados por lo que está haciendo con el medio ambiente".