Amina Hart, de 42 años, residente de Melbourne, Australia, había perdido dos embarazos debido a una extraña enfermedad genética y, sin darse por vencido, recurrió a un donante de esperma para lograr su objetivo a través de la fertilización asistida.


A pesar de que existía un 75% de posibilidades de que un nuevo hijo naciera con la enfermedad, Anima lo intentó y todo resultó con éxito, ya que Leila nació con un perfecto estado de salud.


La mujer, agradecida por haber dado a luz a una hija sana, comenzó a buscar a su donante, Scott Andersen, a través de las redes sociales, quien en la clínica se había definido como un hombre "Feliz y tranquilo". Si bien no tuvo suerte con la búsqueda, su madre logró encontrar al sujeto tiempo después en una granja, a 150 kilómetros del domicilio de Hart.


Finalmente, Scott Andersen y Amina se conocieron y al poco tiempo surgió el amor. Ahora, forman una familia con la pequeña Leila y los cuatro hijos que tuvo el granjero con su antigua pareja.


"Para mí es un comienzo feliz, un capítulo de una vida de felicidad y alegría", explicó Amina.