Sucedió el mes pasado en el hospital Kenyatta National, en Nairobi, la capital de Kenia, cuando un neurocirujano y su equipo médico abrieron el cráneo de un paciente para extraer un coágulo de sangre en el cerebro y se dieron cuenta que allí no había nada, ya que se habían confundido de paciente.  

Al parecer, el personal del hospital mezcló las etiquetas de identificación de los dos pacientes antes de llevar a cabo la cirugía. Uno de ellos requería de una cirugía cerebral para eliminar un coágulo y el otro necesitaba un tratamiento para la inflamación del cerebro, según informó el Daily Nation.

La directora general del Kenyatta National, Lily Koros Tare, informó en un comunicado que cuatro profesionales habían sido suspendidos después de “operar al paciente equivocado”. Entre ellos se encuentra el neurocirujano, la enfermera de sala, la enfermera de recepción y el anestesista.

Por su parte, la secretaria del gabinete de salud, Sicilia Kariuki, también suspendió al director ejecutivo y director de servicios clínicos mientras se realizaba la investigación.

Teniendo en cuenta que el cirujano no suele tener ninguna comunicación con el paciente antes de la operación, este procedió con la información que tenía en su planilla, sin tener en cuenta que la etiqueta con los nombres de los pacientes se habían intercambiado.

En un comunicado enviado al medio The Star, algunos médicos del hospital culparon a las enfermeras que se encargaron de preparar a los pacientes para la cirugía, ya que fueron ellas quienes mezclaron las etiquetas de identificación.

El paciente que fue sometido a la operación por error sobrevivió de milagro y se encuentra en buenas condiciones, mientras que el hombre que tenía el coágulo de sangre finalmente no será operado porque “mejoró significativamente”, informó el Daily Nation.

Los directivos del hospital declararon que el centro médico “lamenta profundamente este evento y ha hecho todo lo posible para garantizar la seguridad y el bienestar del paciente en cuestión“.