Se trata de Sisa Abu Dauch, de 64 años, residente en la ciudad de Luxor, en Egipto, quien a pocos meses del nacimiento de su hija quedó viuda, por lo que se vio obligada a vestirse como un hombre todos los días para ganar dinero, ya que en el país árabe no contrataban mujeres casi para ningún trabajo.

Según informó la prensa local, a lo largo de 43 años la mujer cargó ladrillos y cemento en la construcción de edificios, donde hoy en día sigue trabajando.

"Para protegerme de los hombres y sus miradas de condena y no ser blanco debido a las tradiciones, he decidido ser un hombre... vestirme con su ropa y trabajar en otros pueblos, donde nadie me conocía", confiesa la mujer.

Por los años de trabajo duro para mantener a su hija y sus nietos la Dirección de Solidaridad Social de Luxor le ha otorgado a Abu Dauch el premio de Mujer sostén de la familia.