Debbie Stevens, de 47 años, le donó un riñón a su jefa enferma, Jackie Brucia, de 61, aunque luego ésta la despidió por faltar al trabajo después de la operación.

"Me odias tanto, dame mi riñón de vuelta", le dijo Debbie a su jefa, directora de una franquicia automotriz de Long Island, Nueva York.

Le donó un riñón a su jefa y luego la despidió por faltar al trabajo tras la operación

Stevens, presionada por Brucia, volvió al trabajo después de la operación y sintió molestas durante tres días, por lo que decidió hacer reposo por el bien de su salud. Sin embargo, su jefa la llamó recriminándole su ausencia. "No puedes andar yendo y viniendo, tus compañeros pensarán que tienes un trato especial", le dijo.

Su jefa, Jackie Brucia
Su jefa, Jackie Brucia

Finalmente, la empleada fue trasladada a una oficina más distante de su domicilio en un barrio peligroso. Este cambio le produjo un cuadro de ansiedad, por lo que decidió llamar a su abogado en un intento por resolver el conflicto. El letrado envió una carta a la compañía por la cual luego fue despedida, según explicó.