Parece de película pero no lo es. El hecho ocurrió en la capital de España en el tercer piso de de la calle de Castillo de Madrigal, en el barrio de Simancas. 

La justicia pensaba que iba a resolver un nuevo desalojo ante un hombre que había dejado de pagar el alquiler pero en realidad, cuando ingresó a la vivienda, no solo descubrió que estaba muerto desde hacía al menos cuatro años sino que también se había momificado. 

Agustín, de 56 años, vivía solo desde que se había separado de su mujer y los vecinos creían que había muerto hacía varios años cuando fue internado en un hospital por una dolencia hepática.  

“Es increíble pero hemos estado cuatro años conviviendo con un cadáver sin saberlo”, dicen sorprendidos los habitantes del edificio. "Agustín estaba enfermo. La última vez que le vimos con vida, en 2013, fue una tarde que vino una ambulancia y se lo llevó. No le volvimos a ver y creímos que había muerto en el centro médico", destacó otro de los vecinos al diario El Mundo. 

El cadáver, descubierto el día 14 de noviembre, fue trasladado al Instituto Anatómico Forense y, a la espera de que lo confirmen los informes.