En China, cientos de mujeres solteras sufren a sus padres, que constantemente las presionan para que tengan un novio y se casen. Es por eso que para aliviar tensiones se creó un nuevo negocio que consiste en el alquiler de novios. 

"Estoy bastante vieja, cerca de los 30, pero aún no conseguí pareja", le dijo Ding Na, una joven residente de Pekín, proveniente del nordeste del país, a la BBC. "Estoy bajo mucha presión. Mis hermanas y parientes me preguntan todo el tiempo por qué todavía no me casé. Cuando me llaman, me da pánico contestar el teléfono."


Las generaciones más antiguas de chinos, influenciadas por la idea de que la "peor deshonra" hacia los padres es no producir un heredero, aún ven el matrimonio como una base fundamental en la familia china. La insistencia, además, surge de la necesidad de cuidado que tendrán los futuros abuelos cuando envejezcan, y que mejor para ello que un nieto.


Sin embargo, Ding, al igual que miles de solteras en China, forma parte de una generación que no ve el matrimonio como una prioridad. Para estas jóvenes, nacidas en los años 80 y 90, las presiones familiares no desaparecerán hasta que encuentren una pareja apropiada. La solución: alquilar un novio.


Las nuevas generaciones están en una encrucijada entre la modernidad y las tradiciones antiguas, buscando nuevas formas de adaptarse a las realidades sociales que las rodean. El alquiler de parejas atiende una demanda actual.


"El chino moderno a veces prefiere los remedios temporales y no piensa en las soluciones viables a largo plazo; se conforma con el hecho de haber sido afortunado y de haber superado los obstáculos", concluyó el profesor Gil. "No se puede saber con certeza cuál será el futuro para el negocio de las parejas de alquiler, pero lo que sí se sabe es que el ingenio cínico de los chinos no tiene límites."