Ocurrió en la provincia de Shanxi, en China, donde un hombre fue enterrado dentro de su querido coche.

Amigos y familiares se acercaron al bizarro funeral con una gigantesca corona, donde se reunieron alrededor del vehículo para dar el último adiós.

Los asientos fueron removidos para que pueda entrar el ataúd. Luego, con la ayuda de una grúa enterraron el auto en una especie de túnel subterráneo.

Las creencias en el país oriental dicen que ser dueño de un auto y una casa es una cuestión de dignidad. Ser enterrado en un vehículo simboliza lo que el hombre ha logrado mientras vivió.