Una pareja en aparente estado de ebriedad comenzó a tener sexo en el vagón del subte de Moscú, en Rusia, utilizando a los asientos como cama.

Los pasajeros que se encontraban allí se mantuvieron al margen de la situación a excepción de un anciano cuya lectura se vio interrumpida por el acto sexual y decidió advertir a los tortolitos.

Si bien logró que se detuvieran, la mujer reaccionó de mala manera e intentó agredir al anciano.

Tenían sexo en una plaza a plena luz del día hasta que un padre de familia los golpeó