La historia tiene lugar en la ciudad de San Martín, más precisamente en la zona rural, donde existen acueductos que irrigan zonas campesinas transportando agua de los ríos.

Según contaron los lugareños, la perrita se metió en el canal en busca de comida y cometió el error involuntario de meter su cabeza por un hueco demasiado pequeño para que todo su cuerpo lo atravesara.

Bajo el sol ardiente, los vecinos decidieron antes que nada darle un poco de agua al desconocer la cantidad de horas que el animal llevaba atascado. Mientras tanto, idearon un plan para poder sacarlo de ahí.

Con una máquina multifunción -en Argentina la llamamos "moladora"- un trabajador de la zona se aprestó a generar el espacio suficiente para que el can lograra zafarse.

Por suerte, el animal que después bautizaron como ''Nikki'' no sufrió heridas y ahora espera una familia que la cuide y alimente.