"Cuando no espero un hijo me siento vacía", afirma Tara Sawyer, de 37 años, quien ya tuvo 7 y planea seguir ingresando a la sala de partos para darle un hijo a aquellas pareja que no tienen la posibilidad de concebir uno.

Cuando no está embarazada la mujer asegura que se siente "vacía y sólo un bebé puede llenar ese hueco" y revela que se siente "adicta a la ilusión del embarazo y si puedo ayudar a parejas que no pueden tener hijos, sería una locura no hacerlo". Y, aunque las leyes inglesas la hacen merecedora de 18.400 euros en concepto de gastos, Sawyer ha rechazado el dinero.


"Ser madre de alquiler es muy adictivo", afirma Sawyer, y, además, añade que "es un sentimiento increíble dar un bebé a alguien que lo quiere desesperadamente" porque no siente que "esté regalando un bebé" sino que "está devolviéndolo" y no se siente triste por "devolver a un niño que nunca fue mío".

A esta británica no le preocupan los efectos del embarazo en su cuerpo y asegura estar mejor ahora que cuando tenía 20 años.

Después de dar a luz a gemelos para una pareja, no piensa parar ahí, y ya se encuentra en tratativas con otra pareja gay. "Espero estar embarazada de aquí a final de año", concluyó.