"Creo profundamente en la presencia del demonio en la vida de las personas y en su acción de maldad", asegura Acuña, que lleva más de 15 años practicando exorcismos en Argentina.

El hombre que se jacta de haber enfrentado unas "1.200 batallas" contra el demonio, presume de no haber sido "diplomático" frente a la "maldad y la inteligencia" para atormentar a los demás que, dice, definen a su adversario.

El obispo de 53 años, que pertenece a una de las cuatro iglesias luteranas de Argentina, afirma que el "compromiso" para "defender un territorio" ha afectado a su vida diaria y a su carácter hasta convertirlo, inevitablemente, en "autoritario" y "antipático".

También atiende vía Twitter

Sus encontronazos con el demonio tienen lugar cada jueves en la Parroquia del Buen Pastor, en las afueras de Buenos Aires, en cuyas inmediaciones imparte clases, estudia, y atiende a todo aquel que lo necesite, tanto en su "despachito" como por internet, una plataforma indispensable para Acuña, quien bromea con que "si Jesús estuviera hoy, usaría Twitter".

Su maletín de "primeros auxilios" siempre está dotado con agua bendita, sal y aceite bendecido necesarios para un exorcismo.

"Hay que estar atentos al tema de la música" porque "hay figuras que podrían dejarnos cierto tipo de duda", advierte en relación a las portadas de los discos o la forma de actuar del grupo de heavy metal Kiss o cantantes como la estadounidense Lady Gaga, a los que acusa de no hacer música "santa".

Para Acuña, la "violencia" que generan estos artistas busca crear "desarmonía" y alterar la "conciencia" del hombre para que se acerque "más a su propia oscuridad que a la luz".