La británica Hannah Jenkins sufre una curiosa secuela tras un accidente en el 2015: se golpeó la cabeza y ahora habla inglés por la mañana y alemán por la tarde.

La mujer se olvidó por completo su idioma, y se despertó, tras el golpe, hablando alemán, que era el idioma con el que creció.

“Me sentía como si me hubiera despertado en un país extranjero y no podía entender por qué la gente no me hablaba en una forma que yo pudiera entender”, explicó la británica en una entrevista a la BBC, e insistió: “No podía entender cuando alguien en el hospital me hablaba inglés; mi cerebro había perdido la capacidad”.

Su pareja, Andrew Wilde, estaba de viaje en Estados Unidos y recibió un mensaje de texto de Hannah en alemán. Cuando regresó a Reino Unido, se encontró con que no podía comunicarse con su mujer. 

Hannah recibió el alta pero los médicos le dijeron que esta lesión cerebral tardaría años en mejorar. Con su pareja tuvieron que idear un lenguaje de señas propio, y luego de tres años, la situación mejoró aunque aún tiene dificultad para expresarse en inglés.

“Estoy bien por las mañanas, pero por la tarde la fatiga se impone y me pongo a pensar en alemán”, concluyó la mujer.

Según el neurocirujano Colin Shieff, ella sufre algo conocido como pérdida del segundo idioma. “No hay un algoritmo que pueda explicar que un daño específico resulte siempre en la pérdida de sustantivos alemanes o gramática inglesa, pero sí que perdemos partes”, explicó el especialista.