La comunidad de El Volcán en San Luis se vio sorprendida el lunes pasado, cuando los parientes de Miguel Ángel Heredia, quien murió el sábado en Potrero de los Funes al impactar su moto contra un auto, escucharon golpes provenientes de su féretro.

La policía pudo corroborar que el cajón, ubicado en el cementerio de esa localidad, emitía ruidos que daban la sensación de que respondía a preguntas que le manifestaban.

"'Como hablándole al cajón, le dije ‘estás bien primo, golpéame una vez si me escuchas´. Y respondía al golpe. Nos empezamos a mirar entre nosotros porque no podíamos creer lo que sucedía'", relató Federico Maidana, primo de Heredia, quien se encargó de alertar a la policía.

Después de golpear algunas veces más para estar seguro y nuevamente escuchar las respuestas, Maidana decidió acudir a la Comisaría para solicitar ayuda.

Efectivos de la Subcomisaria 2ª de El Volcán pidieron a la Justicia la autorización para realizar la exhumación. Tras la apertura del cajón, que fue presenciada por personal de la Subcomisaria, en colaboración con la Comisaría Nº 33 de Potrero de los Funes, Criminalística, Bomberos de la Policía y Voluntarios, y testigos constataron que el cuerpo de Heredia estaba sin vida, en estado de descomposición.

La explicación, tras averiguaciones a forenses y en casas fúnebres, la dio la jueza del Crimen Nº3 Virginia Palacios y es que los ruidos provenían de gases de putrefacción.