La policía de Connecticut, Estados Unidos, halló a la mujer- cuya identidad se preservó- muerta el pasado enero en su departamento y rodeada de jeringas. 

Aaron Graser aseguró ante los investigadores que cuando llegó al lugar encontró a su novia sin signos vitales y afectada por heroína y otros estupefacientes. Y que decidió "tener sexo con ella para así despertarla".  

Antes de que se leyera la sentencia que lo condenó a un año de prisión, Graser trató de explicar que "tuvo sexo con ella porque sabía que a su novia le molestaba cuando estaba en ese estado [supuestamente muy drogada y no muerta] así la molestaba y reaccionaba". 

En todos los casos, el tribunal lo consideró una violación con el agravante de que la mujer había fallecido. Sin embargo el nombre de Graser no entró en el registro nacional de violadores dado "lo excepcional" de la situación.