Ocurrió en Moscú, Rusia, donde una peluquería fue clausurada ya que las estilistas atendían a sus clientes completamente desnudas. El hecho se descubrió por la larga cola de hombres que había en la vereda y porque cada vez más ebrios confundían al establecimiento con una escuela para autistas que funcionaba al lado. La directora del colegio alertó a la policía rusa, que colocó una cámara oculta en la peluquería y terminó clausurando el lugar.

Según informaron algunos clientes habitué, las mujeres los recibían vestidas provocativamente y luego se quitaban la ropa para comenzar con el corte de pelo. El valor del servicio partía de los 70 euros, el doble que en cualquier otro salón de la zona.

La autoridad máxima de la escuela vecina, Ludmila Mihailova, explicó que durante el recreo de los menores había "tantos hombres borrachos merodeando que era imposible que los pequeños pudieran disfrutar del patio".

Un policía se hizo pasar por cliente y con una cámara oculta comprobó que ofrecían un "servicio adicional" por 150 euros, por lo que se procedió finalmente a la clausura del negocio.