Ocurrió en Mannheim, Alemania, donde una mujer que era la amante de un hombre casado con una hija murió después de asfixiarse con un pepino que ambos utilizaban como juguete sexual.

La pareja se encontró en la casa del hombre, de 46 años, cuando su esposa y su hija se encontraban de viaje. Allí bebieron alcohol y, una vez animados, pasaron a la acción. Cuando se dieron cuenta que no tenían un consolador, decidieron utilizar un pepino en su lugar.

"Estábamos acostumbrados a utilizar zanahorias y calabacines en nuestra vida sexual", dijo el hombre, acusado homicidio negligente en un tribunal alemán, al diario Bild.

En un momento del acto sexual, el hombre colocó un pepino de gran tamaño en la boca de su amante. Fue en ese momento que comenzó a sentir olor a quemado procedente de la cocina, por lo que fue a comprobar lo que sucedía.

"Me olvidé que había puesto un trozo de carne en el horno para nuestro perro" , explicó.

Cuando volvió a la habitación encontró a la mujer inconsciente en el piso. El pepino se había atascado en la garganta obstruyendo las vías respiratorias. Inmediatamente fue llevada al hospital más cercano, aunque luego entro en coma y murió.

"El debería saber que no podía dejar a la mujer sola durante tanto tiempo" el fiscal Reinhard Hofman.

El acusado podría pasar hasta cinco años en prisión.