Expertos del King's College de Londres pusieron la voz de alerta: la cocaína presente en el río Támesis está cambiando el comportamiento de las anguilas, volviéndose hiperactivas. La droga fue detectada en una estación de monitoreo ubicada en Westminster, cerca del Parlamento.

Según el diario The Mirror, la sustancia procede de la orina de miles de consumidores que diariamente hacen sus necesidades –por decirlo suavemente– en el río que atravies la capital británica, por lo cual no dan abasto con el tratamiento de las aguas, incapaces de filtrar tanta droga.

Mientras los niveles de cocaína aumentan, los peces se ven afectados, sobre todo las anguilas, que muestran signos evidentes de hiperactividad en las aguas del Támesis, donde también hallaron altos niveles de cafeína.