La empresa Discreet Intervention, con base en Boston, Estados Unidos, alquila canes para que inspeccionen las habitaciones de los hijos. Para ello, obtuvo una licencia oficial que lo habilita a esta tarea, con el consentimiento de los padres.


Por poco más de 80 dólares la hora, la empresa pone sus perros rastreadores a disposición de los padres que deseen buscar si sus hijos esconden droga en la habitación.

El director de operaciones de la compañía, Tom Robichaud, señaló que esta práctica es como si los padres hicieran el registro ellos mismos, pero con algunas ventajas. Por ejemplo, que los perros detectan las sustancias ilegales sin necesidad de revolver la habitación.


En el caso de que se encuentren drogas, la empresa asegura que no está obligada a informarle a la policía, aunque recomiendan que si hay una gran cantidad, los padres reporten el hecho.


La polémica no tardó en llegar ya que, desde algunas asociaciones de padres pusieron en duda este punto y consideran que cualquier tipo de "registro" puede terminar en discusiones y con pérdida de confianza. El consejo que transmiten desde allí, es que los padres afronten el problema directamente y hablen a sus hijos con sinceridad.