Los hinchas de todo el mundo hacen locuras para estar presente en la cita futbolística más importante, pero un peruano hasta puso en riesgo su salud, ya que engordó 25 kilos en tres meses para obtener una entrada de discapacitados.

Esperaron 36 años los peruanos para regresar a un Mundial, y por eso no llamó la atención que 43.582 hinchas de ese país adquirieran tickets, convirtiéndose en el octavo que más compraron, según datos de la FIFA.

Entre los fanáticos está Miguel F., un limeño de 24 años que no tenía intenciones de perdérselo. “Las entradas se acabaron enseguida, y yo no podía quedarme afuera del Mundial; me había jurado venir a Rusia”, contó según el Diario de Las Américas.

"Lo único que quedaban, en la web de la FIFA, eran entradas para discapacitados; me fijé cuáles eran los requisitos: estar en sillas de ruedas, algo específico para mujeres y sufrir de obesidad mórbida, 35 de IMC, el índice de masa corporal, y me fijé la mía, estaba en 30, e hice cuentas, por lo que debía subir 25 kilos", explicó Miguel.

"Primero compré la entrada y después empecé a engordar; comía de todo, muchos hidratos de carbono”, relató el joven peruano, quien así obtuvo un certificado que aclara “asiento para obesos”. "Por las dudas seguí comiendo, no sea cosa que no me dejen pasar", agregó.

Ante la preocupación de su madre, quien le recriminó que estaba “dejando su salud por el Perú”, Miguel decidió aumentar su actividad física y por eso nada “dos kilómetros por día”.

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