Al menos 147 personas murieron y 79 resultaron heridas este jueves cuando un grupo miliciano fuertemente armado atacaron la universidad de Garissa, en el sudeste de Kenya.

Según el diario, Daily Nation, un destacado portavoz de la milicia asumió la autoría del ataque por parte de Al Shabaab y dijo a dpa que se trata de "una operación sagrada" de valientes combatientes. El portavoz, que se encuentra en la región Bajo Yuba, en el sur de Somalia, no quiso revelar su identidad.

De ser así, se trataría del mayor ataque atribuido hasta ahora al grupo.

Entre los muertos, se encuentran cuatro de los terroristas, según informó el ministro del Interior, Joseph Nkaissery.

Varios de los heridos se encuentran en estado crítico. De acuerdo con testigos, los agresores atacaron la mezquita de la universidad esta mañana disparando de forma indiscriminada contra los presentes. Luego, al parecer, ingresaron en los dormitorios.

"Los agresores lograron acceder al portón principal de la universidad de Garissa matando a los guardias de seguridad en la entrada hacia las 5:30 de la mañana", indicó un comunicado policial. Tras ello, hubo un fuerte intercambio de disparos.

A pesar de que fueron acorralados por las fuerzas de seguridad, algunos agresores siguieron controlando por un tiempo uno de los pabellones con dormitorios, donde retenían a un número no precisado de estudiantes y el vicerrector de la universidad, pero finalmente se pudo poner fin a la toma de rehenes, consignó el portal La Nación.

El número de muertos es el más grande de la milicia en Kenya, superando así al que se produjo contra el centro comercial Westgate en Nairobi en septiembre de 2013, con 67 muertos.

Las autoridades de Kenya señalaron a Mohamed Kuno como cabecilla del ataque. Las fuerzas de seguridad del país africano publicaron la imagen del supuesto cerebro del ataque perpetado y ofrecieron 20 millones de chelines keniatas (unos 212.000 dólares) por su paradero.  Se trata de un ex profesor del Corán de Garissa, de quien se cree que se unió a Al Shabaab, donde ascendió hasta convertirse en comandante.

La Cruz Roja dijo que la mayoría de los heridos presentaban heridas de bala y añadió que varios de ellos estaban en condición crítica.

El Ejército rodeó la universidad y envió tanques al lugar. La policía impuso un toque de queda para la noche en Garissa y los condados circundantes hasta el 16 de abril, informó el Centro de Operaciones antes Desastres Nacionales.

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, afirmó en una declaración que el gobierno estaba emprendiendo las acciones "apropiadas" en el área de Garissa. Allí también se colocó una tienda para aumentar la capacidad del hospital local.