"Impunidad franquista ¡Basta ya!" era una de las frases repetidas que podía leerse en las banderas de la marcha.

En clara oposición a las políticas de Mariano Rajoy por negarse a derogar la legislación que protege a los represores votada en 1977. Se trata de una ley  que impide procedimientos penales contra los autores de crímenes de lesa humanidad durante y después de la guerra civil española, ocurrida entre 1936 y 1975.

Además exigieron la aplicación de la Ley de Memoria Histórica, aprobada en 2007 durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, pero que aún no reglamentada.

Esta Ley prevé además la supresión de los símbolos franquistas o la ayuda a familiares que deseen hallar los restos de sus antepasados enterrados en fosas comunes.

Alberto Garzón ya había lamentado que la memoria democrática está "enterrada en las cunetas, en una amnesia general de lo que ha sido la historia de España".

El 40 aniversario de la muerte del dictador no fue conmemorado por ningún partido, salvo por  pequeñas formaciones de extrema derecha española, francesa, rusa e italiana.