Después de intensas protestas locales e internacionales, el primer ministro de Turquía, Binali Yildirim finalmente retiró de la agenda la polémica ley por la que se pretendía que pedófilos condenados quedaran exonerados si decidían casarse con sus víctimas

Ahora, las protestas se replican en el Líbano donde un grupo de mujeres vestidas con trajes de novia y manos manchadas con sangre se paró frente al Parlamento para exigir que los violadores no queden libres con un matrimonio forzado y desigual. 

"Vivimos en una sociedad retrógrada donde las mujeres reciben derechos de segunda clase y donde las mujeres electas a través de las urnas lo único que pretenden es conservar el poder", señaló Neyla, activista del colectivo Nasawiya.

Según una encuesta del programa Euromed para la igualdad de género, entre el 60% y el 75% de las mujeres libanesas sufren algún tipo de violencia de género.

La ley libanesa vigente desde la década del cuarenta establece  un castigo de hasta 7 años de prisión para los violadores, aunque según el polémico artículo 522- que las activistas buscan derogar-  la pena queda suspendida si el agresor contrae matrimonio con su víctima  como una forma de "proteger el honor".