El escritor peruano Mario Varga Llosa fue el encargado de leer el manifiesto con el que cerró la movilización anti secesionista en Barcelona, donde calificó a la iniciativa independentista como "una conjura" que busca "hacernos retroceder a un país tercermundista", al cabo de una jornada en la que el ex presidente del Parlamento Europeo Josep Borrell alertó por un posible "enfrentamiento cívico".

"La peor pasión de todas, la que ha causado más estragos fue el nacionalismo", consideró el Premio Nobel de Literatura 2010, quien también tiene ciudadanía española y se convirtió en una de las caras visibles del movimiento que busca neutralizar las iniciativas separatistas catalanas y aboga por la unidad de España.

Desde el escenario montado en el Parque de la Ciudadela, lindante al Parlamento catalán, Varga Llosa le advirtió a "los independentistas minoritarios" que España "es un país moderno, que tiene libertad" por lo que "se necesita mucho más que una conjura para hacernos retroceder a un país tercermundista".

A dos días de la sesión parlamentaria en la que el oficialismo local tiene previsto iniciar el proceso formal de independencia, el escritor brindó un duro discurso en el que afirmó que "España es una tierra de libertad, eso el independentismo no lo va a destruir, no lo vamos a permitir, aquí estamos los ciudadanos".

Además reclamó que Barcelona "vuelva a ser la capital de la cultura de España". Por su parte, el dirigente socialista catalán Josep Borrell hizo un llamamiento para evitar "un enfrentamiento cívico" en Cataluña.

"Hay que hacer algo con prisa porque estamos al límite de un enfrentamiento cívico" alertó el ex presidente del Parlamento Europeo que consideró que si prospera una declaración de independencia "este país se irá por el precipicio".

"No deje que suceda eso señor (Carles) Puigdemont" arengó el ex funcionario socialista al asegurar que Cataluña "no es un estado ocupado militarmente, por eso debe trabajar desde el respeto de la ley".

"Esto no se arregla tomando decisiones unilaterales, no es un problema que se resuelva diciendo que somos mejores y que Europa nos acogerá, si (Puigdemont) hace lo que dice pagaremos un precio muy alto porque lo que hacen es contrario al ideario europeo", afirmó.