Mohamed Houli, de 21 años, no participó en los ataques de La Rambla y del paseo marítimo de Cambrils porque resulto herido cuando explotó la casa de  Alcanar, en Tarragona, donde preparaban bombas para un atentado más masivo. 

En su declaración, el terrorista admitió que la célula yihadista pretendía atentar contra “monumentos e iglesias, como por ejemplo la Sagrada Familia”, sin especificar cómo. Además  pidió “perdón” ante el juez y se mostró “arrepentido”; según informaron fuentes judiciales a El País. 

El joven melillense fue uno de los primeros en caer. Su pasaporte fue hallado en la furgoneta Fiat Talento blanca que su compañero Younes Abouyaaqoub, un año mayor que él, utilizó para el atropello masivo en La Rambla.

Houli fue detenido en el hospital de Tortosa, donde había ingresado por las heridas sufridas en  la explosión que los obligó a cambiar de planes a la hora de pensar los ataques. Los terroristas manipulaban "bombonas de butano, productos como acetona, agua oxigenada, bicarbonato, gran cantidad de clavos para ser utilizados como metralla y pulsadores para iniciar la explosión”, detalla el auto de prisión del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Andreu.

También se indicó que la furgoneta de Abouyaaqoub avanzó “realizando movimientos en zig-zag con la finalidad de causar el mayor número de víctimas”. El vehículo solo se detuvo tras haber recorrido más de 500 metros porque saltó el airbag. 

En su confesión de los hechos, Houli explicó que el imán Abdelbaki Es Satty  pretendía “inmolarse” y que se consideraban “soldados del Estado Islámico en la tierra del Ándalus”.