La presidenta Cristina Fernández de Kirchner escribió una carta a Salvador Sanchez Cerén, su par de la República de El Salvador, con motivo de la beatificación del Obsipo Oscar Arnulfo Romero.

En la carta, la mandataria nacional indica que "con alegría el pueblo argentino se suma a los pueblos del mundo para celebrar la beatificación del Obispo Oscar Arnulfo Romero" y agrega que "una vez más el papa Francisco hace caminar a la Iglesia junto a los pobres y perseguidos, aquellos quienes con amor por su obispo lo bautizaron San Romero de América, pastor y mártir nuestro".

La Presidenta recordó la fecha de la muerte el Obispo, 24 de marzo de 1980, y lo relacionó con el cuarto aniversario del golpe de estado en la Argentina en la que se estableció una dictadura "enemiga del pueblo y de los curas que acompañan el sufrimiento y la persecución de los más débiles y humildes".

Además, hizo referencia a la muerte del obsipo Monseñor Enique Angelelli y dijo que "ambos derramaron su sangre por su apego a las enseñanzas del Evangelio. Pero antes, ambos supieron transmitir que la religión está vacía de sentido si no se llena de lucha por un mundo más justo y más solidario".

Asimismo, sobre el obispo hoy beatificado, Cristina Fernández de Kirchner indica que "estaremos en pensamientos junto al pueblo salvadoreño honrando a San Romero de América ahora designado beato por el papa Francisco. Monseñor Óscar Arnulfo Romero no sólo resucitó en el pueblo salvadoreño sino también en todo el pueblo latinoamericano que reconoce en él tanto el misterio divino como la fraternidad de las utopías del ayer y las realidades de hoy".

El acto de beatificación de Monseñor Romero comenzó hoy. El religioso es recordado como"La Voz de los sin Voz".

"La memoria del Obispo Romero nos indica el camino, y su vida y martirio nos comprometen a seguir trabajando con las enseñanzas que nos legó" escribió la presidenta.

Romero nació en una familia humilde de El Salvador el 15 de agosto 1917. Fue un incansable luchador de los derechos humanos, abría las puertas de la Iglesia a los campesinos desplazados. Realizó denuncias de la violencia militar y fue asesinado en marzo de 1980 para callar su voz en pro de esta lucha.

El proceso para la canonización de Monseñor Romero inició el 24 de marzo de 1990, cuando se introdujo la causa por todas las circunstancias mártires que tuvo su vida y muerte, pero la solicitud formal fue presentada el 12 de mayo de 1994.

Tras concluir su fase diocesana en noviembre de 1996, un año después la Santa Sede aceptó la causa como válida, pero después quedó estancada y no fue hasta 2005 cuando la Congregación para la Causa de los Santos dio el visto bueno para que se continuase el proceso.

La Iglesia espera sirva para la unidad del país, ya que los escuadrones de la muerte que lo asesinaron están emparentados con el ultraderechista y opositor partido Arena.


Al acto acudirán los presidentes de Ecuador, Rafael Correa y de Panamá, Juan Carlos Varela, también los vicepresidentes de Costa Rica, Ana Helena Chacón, y Cuba, Migue Mario Diaz-Canel, así como el viceprimer ministro de Belice, Gaspar Vega, informó el canciller salvadoreño Hugo Martínez.


Asimismo, se espera la presencia de 12 delegaciones internacionales, entre ellas la de México, Brasil, Colombia, Chile, Estados Unidos, Italia, Nicaragua y Uruguay, quienes ya confirmaron su asistencia, y 100 obispos latinoamericanos, "la mayoría de Centroamérica, y los demás de Ecuador, Colombia, España, Puerto Rico, Argentina, Alemania, Italia y Australia".


La guerra civil salvadoreña, con un inicio no muy preciso a fines de los 70, y que se masificó con el asesinato de Romero, concluyó con un acuerdo de paz en enero de 1992, tuvo profundas raíces sociales y políticas internas, además de influencias regionales, en especial el triunfo de la guerrilla sandinista en Nicaragua, pero también de la Guerra Fría que atravesaba la geopolítica mundial.