Las imágenes de niños durmiendo en nichos para refugiarse del sol y la lluvia impacta. O una mujer cocinando para sus hijos entre dos tumbas que sirven como mesas. Cien familias damnificadas por las fuertes lluvias y aludes que tuvieron lugar en Perú resisten como pueden. 

El cementerio José de los Ángeles se convirtió en un campamento improvisado para quienes intentan volver a empezar en una de  las pocas zonas altas del sector de Nuevo Pedregal. 

“Aquí estamos aguantando los zancudos que nos pican toda la noche. Lo que comemos es lo que la gente nos regala”, lamentó Marcelino Ipanaqué, un autoevacuado de 65 años que perdió todo. 

Perú continúa en alerta no solo por las lluvias sino por el volumen de basura extra que se generó entre evacuados y zonas derruidas. 

Datos

1.748 colegios han sido afectados desde diciembre en el país por lluvias, informó el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional.

597 establecimientos de salud sufrieron diversos daños en el mismo período, según cifras oficiales del Gobierno.

5.991 kilómetros de carretera fueron perjudicados por lluvias, una extensión 2,5 veces más grande que las Panamericana Norte y Sur.

Fuente: El Comercio