Mientras Estados Unidos despliega barcos de guerra en la península de Corea ante la amenaza nuclear de Kim Jong- un, fue la embajadora estadounidense, Nikki Haley, en la ONU la que aseguró que no es posible el diálogo de paz en Siria con Bashar el Asad en el poder. 

"No hay ningún tipo de opción para una solución política en Siria si El Asad continúa al frente del régimen. No creo que vaya a haber un Gobierno pacífico y estable en Siria si él continúa en el poder", recalcó Haley en una entrevista concedida a la cadena CNN.  Y agregó: "Hay múltiples prioridades en la zona. Una es lograr la salida de El Asad del poder. Otra es acabar con el grupo terrorista Estado Islámico. También hay que deshacerse de la influencia iraní. Es una situación complicada". 

"Debemos asegurarnos de que nos movemos hacia una solución política que nos permita hallar al fin la paz en la región", recalcó Halley y por si no quedaban dudas del cambio político- tras la llegada de Trump al poder- insistió: "todas las partes se darán cuenta de que El Asad no es el líder que Siria necesita".

El análisis de la embajadora llegó días después de que Donald Trump ordenara bombardear una base Siria luego del supuesto ataque con armas químicas que provocó decenas de muertes civiles, entre ellos numerosos niños.

Pero Haley no siempre pensó lo mismo sobre Siria ya que tan solo una semana antes había indicado: “Nuestra prioridad ya no es centrarnos en quitar a El Asad”.

Por su parte, el Secretario de Estado Rex Tillerson, aseguró:  "El fracaso relativo al reciente bombardeo y el terrible ataque con armas químicas es en gran medida un fracaso de Rusia en su cometido de cumplir los compromisos con la comunidad internacional”. 

Desde Rusia, Vladimir Putin señaló que el ataque de Estados Unidos a Siria fue "bajo un pretexto inventado" y subrayó que se trata de "desviar la atención de la comunidad internacional de las numerosas víctimas civiles en Irak".