Aduciendo "ley y orden" y una forma de controlar la "inmigración ilegal"; el presidente de Estados Unidos decidió poner fin al "sueño" de aquellos inmigrantes que llegaron a ese país de manera ilegal siendo menores y que hasta ahora podían quedarse. 

A sabiendas del impacto social de su decisión, que afectaría a unos 800.000 "dreamers", Trump dio una prórroga de seis meses para que el Congreso halle una salida ante la nueva desprotección que generó el republicano. 

"¡Que nadie se equivoque, vamos a poner el interés de los ciudadanos estadounidenses primero!", tuiteó Trump y aseguró que Estados Unidos es "una nación de leyes". 

La inmigración es una de las preocupaciones que acompaña al mandatario desde los inicios de su campaña, ya sea con la polémica construcción del muro en la frontera sur con México, la prohibición de ciertas nacionalidades y musulmanes basado en una supuesta "lucha contra el terrorismo",  y ahora los "dreamers". 

Los beneficiados por el programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals) - por el momento-  son los que entraron a Estados Unidos con menos de 16 años y viven de forma  permanentemente en el país desde 2007. También se les exige que carezcan de antecedentes y que estudien o tengan el bachillerato terminado.  A cambio se les permite trabajar y conducir, así como acceder a la seguridad social y disponer de una tarjeta de crédito; medidas que representan cierto alivio para una gran masa de inmigrantes que se sienten estadounidenses ya que se educaron y crecieron en ese país. 

Trump deja sin protección a 800.000 "dreamers" que podrían ser deportados

“Estamos hablando de niños que no conocen otro país ni otro hogar. Viven en un limbo que requiere de una solución legislativa”, planteó el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, que espera que el Congreso pueda darle una solución a los afectados. 

 "El impacto en las deportaciones será mínimo. El esfuerzo se centra en criminales, personas con órdenes judiciales y aquellos que han regresado tras su expulsión", aseguró un responsable del Departamento de Seguridad Interior que intentó calmar las aguas tras la firma de Trump que vuelve a poner el foco en el inmigrante al estigmatizarlo como "el mayor de todos los males".