El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, luego de su polémico viaje a Puerto Rico, llegó a Las Vegas para acompañar a víctimas y familiares del peor tiroteo de la historia de ese país que volvió a reavivar el debate sobre la tenencia y portación de armas. 

“No vamos a hablar hoy de la violencia de las armas”, fueron las palabras de Trump para cerrar- temporalmente- la cuestión sobre si debe o no debatirse la ley estadounidense que permite la compra y venta de armas de manera laxa. 

En una visita al  Hospital Universitario de la ciudad, sin cámaras, Trump dialogó con algunos de los heridos que continúan internados además de hablar con el personal sanitario.  Alabó la respuesta de la policía y los hospitales de Las Vegas. 

A la hora de referirse al tirador. Stephen Paddock, el magnate republicano señaló: “Se trata de un hombre muy enfermo, una persona muy demente”. 

Mientras que Obama admitió que una de las grandes frustraciones de su presidencia fue no haber podido avanzar en el debate sobre las armas, por diversas presiones, la actual administración de la Casa Blanca intenta acallar el tema, en especial en los medios.  

El lunes, la portavoz de la Presidencia, Sarah Huckabee, dijo que “no es el momento” de tener el debate sobre las armas, ya que la nación está en duelo. El martes, Trump en persona dijo: “Hablaremos de las leyes de armas con el tiempo”.