Luego del escándalo internacional en el que el polémico presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte- que llegó a declararse sucesor de Hitler-, llamó "hijo de puta" a Barack Obama; ahora retomó la relación bilateral con Estados Unidos con el paso de Donald Trump por ese país. 

En su gira asiática, Trump afirmó que mantiene una “excelente relación” con su homólogo filipino y se cuidó de no mencionar públicamente la polémica “guerra antidroga”  de Duterte por la que está denunciado por violar constantemente derechos humanos. 

El encuentro bilateral fue parte de la  agenda de trabajo de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), donde participan líderes de todo el mundo.

Ambos mandatarios debatieron- a puertas cerradas- sobre el terrorismo del grupo Estado Islámico (EI), que afecta al sur de Filipinas; las drogas ilegales y el comercio; según  informó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders. “El tema de los derechos humanos surgió brevemente en el contexto de la lucha contra las drogas ilegales de Filipinas”, apuntó la portavoz, sin ofrecer detalles.

Antes de la reunión bilateral los periodistas le preguntaron directamente a Trump si abordaría con Duterte la controvertida campaña antidroga del mandatario filipino que en un año y cuatro meses ha dejado más de 6.000 muertos según cifras oficiales, de ellos 4.000 a manos de la policía. Pero Trump decidió ignorar la pregunta, mientras el filipino respondió que “esto no es un comunicado de prensa. Es una reunión bilateral”.

“Ustedes, chicos, ustedes son los espías”, dijo Duterte a la prensa en tono de broma, lo que provocó las risas de Trump en un clima de tensión. 

Entre las reuniones por la visita del presidente estadounidense, el mandatario filipino le dedicó la canción "You are the light" (Vos sos la luz).