Antes de partir de viaje hacia Rusia y Noruega, el presidente de Brasil, Michel Temer,  presentó ayer dos acciones judiciales contra el dueño del frigorífico JBS, Joesley Batista, quien  acusó al mandatario de ser el jefe de la "mayor organización criminal del país".

Temer lo demanda penalmente por delitos de calumnia, difamación e injurias, además de solicitar un resarcimiento económico por daños morales. 

"Aviso a los criminales que no saldrán impunes. Saben que no practico represalias. Por tradición y formación, creo en la justicia", destacó el cuestionado presidente en un vídeo en el que, sin nombrarlo, le envió un mensaje al empresario que lo acusó.

Y agregó que  su gobierno acabó con los privilegios que tenían algunas empresas "que crecían a la sombra de los ilícitos y del dinero público".

Aunque el presidente de Brasil no hizo ninguna mención a la investigación de la Procuraduría General de la República, que indagará sobre si es responsable de obstrucción de la Justicia, corrupción pasiva y asociación ilícita; y que probablemente la próxima semana se transforme en una inédita demanda penal contra el mandatario.