A partir de marzo de 2018, en Suiza “Los crustáceos vivos, incluida la langosta, ya no podrán ser transportados sobre hielo o agua helada. Las especies acuáticas deben mantenerse en su entorno natural"

Y la nueva ley agrega que "Desde ahora los crustáceos deben ser aturdidos antes de matarlos” y no arrojados directamente al agua hirviendo para morir. 

La legislación también busca acabar con las granjas ilegales de cachorros, prohibir los dispositivos automáticos que castigan a los perros por ladrar, explicar las condiciones para sacrificar animales enfermos o heridos y responsabilizar a los organizadores del bienestar animal en eventos públicos.

De manera similar, el tribunal superior de Italia dictaminó en junio pasado que las langostas no deben mantenerse vivas en hielo en los restaurantes porque les causa un sufrimiento injustificable antes de que se las mate para la alta cocina.