El 26 de abril de 1986 explotó uno de los reactores, el 4, de la central nuclear de Chernobyl- por ese entonces orgullo de la ex Unión Soviética-  cerca de la localidad ucraniana de Pripyat. Fue en las primeras horas de la mañana cuando se hacían pruebas de seguridad y terminó cediendo. 

Como resultado de la explosión nuclear- 200 veces superior al de las bombas de Hiroshima y Nagasaki combinadas- murieron 31 personas de forma inmediata. Pero luego de la evacuación de 135 mil personas, las consecuencias de la radiación provocaron más muertes- algunos creen que el número es de 500 mil personas- por trastornos genéticos, malformaciones de órganos internos y cáncer.

El área de Priyat permaneció deshabitada por años e incluso se mantiene una zona de exclusión- 29 kilómetros a la redonda-  donde la vegetación y los animales se desarrollan entre los escombros. La radiación se extendió al menos a 13 países de Europa central y oriental y la lluvia radiactiva llegó hasta Irlanda

En 2016 se cumplieron tres décadas de vida útil de la barrera de concreto puesta por la ex Unión Soviética tras el desastre nuclear, y cuando empezaron a notar nuevas fugas radioactivas, la comunidad internacional decidió  crear un nuevo "sarcófago" por los próximos 100 años.