"Veo como enemigos de la recuperación (de España) a la inestabilidad política y a Grecia", dijo Mariano Rajoy en un desayuno con la prensa, por lo que pidió "reformas estructurales" en el país gobernado ahora por Syriza.

"Estoy absolutamente convencido de que lo mejor para los griegos y los europeos es que Grecia siga donde está y cumpla sus compromisos" con la banca europea e internacional, añadió el titular del gobierno español.

Es que "España ha hecho un préstamo bilateral que se empieza a devolver dentro de 30 años" y los intereses dentro de diez años, recordó el mandatario, quien así dejó palmariamente demostrados sus intereses particulares por sobre los regionales.

Aunque advirtió que "a la gente a veces le apetece decir cosas, a mí también me pasa", agregó que "nadie odia a Grecia ni al señor Varoufakis (ministro de Economía griego)".