Mark James Asay, de 53 años, recibió la inyección letal -con un anestésico que se usó por primera vez para una ejecución- en el corredor de la muerte de la prisión de Raiford en Florida, Estados Unidos.

Asay reconocido como supremacista- incluso tenía una esvástica tatuada- estaba sentenciado a la pena capital por matar a tiros en 1987 al afroamericano Robert Lee Booker, de 34 años, y al blanco- hispano Robert McDowell, de 26.

"He tenido amigos afroamericanos toda mi vida", intentó excusarse Asay en una reciente entrevista con un canal local y sostuvo que cometió el crimen alcoholizado: "No sé lo que pasó. Perdí la cabeza".

Es la primera vez en 190 años de ejecuciones en Florida -iniciadas en 1827 cuando un soldado fue ahorcado por homicidio-que se ajusticia a un hombre blanco por un crimen racial, mientras que contando solo desde la reinstauración de la pena de muerte en 1976 en este estado han sido ejecutados 18 negros por matar a blancos.

En todo Estados Unidos se le ha aplicado, hasta el momento,  la pena de muerte 20 blancos por matar a negros y a 288 negros por matar a blancos.

El doble asesinato 

Fue mientras amanecía el 18 de julio de 1987, cuando Asay- tras una noche de borrachera en Jacksonville (norte de Florida, zona sureña de fuerte pasado racista)-  fue por las calles con su hermano y un amigo a buscar sexo.

Pero Asay se cruzó con  Lee Booker y le disparó en el estómago al afroamericano que huyó pero murió desangrado en un callejón. Según testigos, Asay dijo: "A los negros hay que enseñarles quién manda".

Después se encontraron con McDowell, que iba vestido de mujer y mientras negociaban por tener sexo oral, Asay sacó el arma y mató al hispano de seis tiros.

Fuente: El País