La historia conmocionó a Australia y a la comunidad internacional. Una pareja australiana alquiló un vientre en Tailandia para tener un hijo. Pattaramon Chanbua quedó embarazada de gemelos y a los cuatro meses de gestación se enteró que uno de los fetos tenía síndrome de Down y una afección cardíaca.

La mujer tailandesa aseguró que los australianos le pidieron que tuviera un aborto y como ella no accedió cuando nacieron los gemelos sólo se llevaron a la beba "sana" dejando al pequeño abandonado en Tailandia.

Ahora, en una primera entrevista concedida por el matrimonio australiano después del escándalo, David Farnell (el padre biológico) asegura que no abandonaron a Gammy, como llaman al bebé que quedó en Tailandia.

El pequeño de siete meses permanece en Bangkok, aunque Farnell asegura que nunca le dijeron a la mujer "que puede quedarse con el bebé". Además dijo que abandonaron Tailandia sin Gammy porque tenían "miedo de perder también a la pequeña" Pipah (la gemela).

Pattaramon, aseguró: "están soñando, son culpables de abandonar a Gammy y ahora creen que pueden salirse con la suya". Y reafirmó que la pareja le pidió un aborto al que ella se negó por su religión budista.

Farnell, quien durante su juventud fue condenado por varios cargos de abuso a menores, asegura que cuando Pipah esté oficialmente registrada como australiana, irán por el pequeño Gammy.

Tanto la justicia de Tailandia como la Australiana iniciaron un intenso debate acerca de la legislación sobre el alquiler de vientres.