La Comisión para la Reconstrucción Económica y Social creada en la Cámara de Diputados española mostró el nivel de tensión que existe entre las fuerzas políticas.

Pablo Iglesias hablaba acerca de su disposición a sentarse a negociar con Carles Puigdemont porque es el líder de un partido al que votan millones de españoles. Luego dijo estar dispuesto a negociar también con Vox, aunque deslizando un ataque sobre los dirigentes de este partido: “Se puede imagina la opinión que tengo yo del señor Espinosa de los Monteros o del señor Abascal, pero les han votado muchos ciudadanos españoles y aunque a veces parezca que más quieren dar un golpe de Estado que proteger la democracia española, estoy dispuesto a dialogar con cualquiera”.

Espinosa de los Monteros no se aguantó la acusación y se levantó diciendo que era un "espectáculo lamentable propio de un marxista comunista que no conoce lo que es el consenso democrático".

Más tarde el líder de Vox, Santiago Abascal, utilizó su cuenta de Twitter para castigar a Iglesias. "El vicepresidente de un gobierno ilegítimo, camino de ser ilegal. El amigo de Maduro. El admirador de Lenin. El que ha condenado a los ancianos a morir desasistidos. El responsable de las colas del hambre... dice que queremos dar un golpe de estado"