Al menos diez presos murieron durante otra rebelión violenta en una cárcel  en Natal, Brasil. Todo comenzó en la Penitenciaría Estadual de Alcaçuz, la mayor del estado brasileño Río Grande del Norte.

Presos de un pabellón invadieron otra sección del presidio donde estaban integrantes de otra banda y comenzó la batalla. "Por lo que vimos, podemos afirmar que al menos diez presos murieron. Pudimos ver las cabezas arrancadas", dijo Zemilton Silva, coordinador de Administración Penitenciaria de Río Grande del Norte.

La disputa es entre miembros del Comando de la Capital (PCC), la organización criminal más importante del país, con base en Sao Paulo, y del Sindicato del Crimen (SDC), una banda que lucha por el control de las rutas del tráfico de drogas en esta región de Brasil.

"Fueron verificados 26 muertos", confirmó en rueda de prensa el secretario de Seguridad Pública del estado, Caio Bezerra. Por su parte, el perito de la policía estatal Marcos Brandao aseguró que "todos los cuerpos estaban decapitados y carbonizados".

En la mañana del domingo la Policía Militar, que pasó la noche controlando el perímetro exterior, ingresó al penal y retomó el control después de 14 horas de rebelión.

Desde que comenzó 2017, ya son más de 100 los muertos por reyertas entre presos y revueltas en las cárceles de Brasil. 
La mayoría de matanzas es atribuida a una disputa externa entre bandas. 

Brasil tiene la cuarta población carcelaria más grande del mundo y serios problemas de superpoblación dentro de sus prisiones: la penitenciaría de Alcaçuz tiene capacidad para 620 presos y alberga actualmente a 1.083.